EL SUEÑO ESPAÑOL

¡Hola a todos/as!

Llevo días con una cuestión en la cabeza, y es que, ¿en que momento se deja de soñar? Todo el mundo ha querido de pequeño un trabajo de ensueño, como podría ser, futbolista, astronauta, modelo, etc. pero no dejan de ser sueños vacíos, pues no tenemos conocimiento acerca de prácticamente ni lo que hablamos a esas edades.

Poco más tarde, una vez tenemos plena conciencia de la vida y de nosotros, aspiramos a trabajar en algo que nos distraiga, algo que sabemos o creemos que nos va a hacer feliz y que nos va a acompañar durante toda la vida con la misma ilusión que cuando pensamos en ese futuro trabajo.

Una gran parte de esos adolescentes siempre quiso tener su propia tienda de ropa, un taller, un puesto de mantenimiento de móviles o una academia de baile,  además, a toda costa, sin miedo al fracaso y con valentía. A día de hoy, aquí en España, ya sólo quedan esos sueños rotos, ideas que se perdieron por el camino, y es que, nuestro país no quiere que vueles y que vivas tu vida, nuestro país quiere verte atado a él y aún así lucrarse de ti. 

Es muy triste que a día de hoy, el sueño de cualquier español sea ser funcionario, trabajar para el país. Pero, dudo que alguien no quiera tener trabajo prácticamente de por vida, con un sueldo fijo todos los meses el cuál irá aumentando con el paso de los años, derecho total de vacaciones y días libres y, además, seguridad ante una jubilación.

También es normal que haya una parte de la gente que siempre quiso ser bombera, profesor, enfermero o policía y, por tanto, claro que hay que estar de acuerdo con la opinión de la persona que quiere trabajar por y para el país, al fin y al cabo todos los ciudadanos necesitamos el trabajo de éstas personas para poder llevar acabo la vida que llevamos. 

El verdadero problema lo tiene la gente que aspiraba a ser autónomo y tener su propio negocio pero decide trabajar para el estado porque sabe que caer vale mucho dinero en España, lo que complica el poder levantarse. Sólo la cuota mínima de autónomo al mes son 294 euros, cuota que en otros países es gratuita hasta que no se consiguen grandes ingresos. A eso hay sumarle los demás impuestos, además de contar con que un autónomo no tiene la posibilidad de "paro" (a diferencia de alguien contratado por éste) y que la pensión es bastante menor. 

Es una pena no poder ver ni si quiera un intento de negocio por parte de algún ciudadano que quiera levantar un proyecto soñado, porque sabe que no tiene al estado de su lado y que para poder triunfar con su idea tiene un gran camino por recorrer lleno de trabas. 


Poco más que decir... ¡un saludo Divergentes!




Javi.

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